¿Cómo prevenir el cáncer de piel?

pareja colocandose protector solar en la playa

La mayoría de los casos de cáncer de piel son provocados por la exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV), por lo que es necesario extremar la protección de la piel en el verano, cuando la exposición solar es más frecuente e intensa.

Desde Bupa Seguros, te explicamos la importancia de prevenir esta enfermedad durante la temporada estival.

¿Qué es el cáncer de piel?

Básicamente, es el tipo de cáncer que se forma en los tejidos de la piel. Este surge debido a un crecimiento descontrolado de células anormales en la epidermis (la capa más externa de la piel), a causa de daños no reparados en el ADN. Estos daños provocan mutaciones que hacen que las células de la piel se multipliquen rápidamente y formen tumores malignos.

Es importante destacar que el aspecto de cada cáncer de piel puede variar mucho de una persona a otra, dependiendo de su tono de piel, el tamaño y tipo de cáncer y de dónde se ubique en el cuerpo.

Se manifiesta, principalmente, en las zonas de la piel más expuestas al sol, como el cuero cabelludo, el rostro, los labios, las orejas, el cuello, el pecho, los brazos, las manos, y, en el caso puntual de las mujeres, las piernas. No obstante, también puede formarse en áreas que rara vez tienen una exposición directa al sol, tales como las palmas de las manos, debajo de las uñas y el área genital.

Tipos de cáncer de piel

Existen tres tipos principales de cáncer de piel:

Carcinoma basocelular

Los carcinomas de células basales (o BCC, por sus siglas en inglés) son crecimientos anormales e incontrolados en la base de la epidermis, que surgen de las basales de la piel, un tipo de células que generan nuevas a medida que las viejas mueren.

Están considerados como la forma más común de cáncer de piel, porque son producto de la combinación entre una exposición intermitente e intensa a los rayos UV del sol y una exposición acumulativa a largo plazo, por lo que se asocian a pieles muy dañadas por el sol y muy blancas, que no se broncean, pero sí se enrojecen/queman y descaman.

Son de lento crecimiento y suelen presentarse como un pequeño bulto transparente o de color ligeramente rojizo, a veces de aspecto perlado, con pequeñas venas en su superficie y que puede causar picazón, o que ulcera y no cicatriza.

Carcinoma espinocelular

El carcinoma cutáneo de células escamosas (SCC, por sus siglas en inglés) es un crecimiento anormal y acelerado de las células escamosas que componen la epidermis.

Al igual que el carcinoma basocelular, aparece en las áreas del cuerpo expuestas al sol, donde la piel revela signos de daño solar, incluidas arrugas y manchas de la edad. Aunque también puede aparecer en otras zonas del cuerpo, como los genitales. Suele manifestarse como manchas rojas escamosas, llagas abiertas, piel áspera o parecida a una verruga y costras, que pueden llegar a picar o sangrar.

Generalmente, el carcinoma espinocelular no es mortal, pero puede ser agresivo, ya que la piel afectada sin tratar puede crecer o extenderse a otras partes del cuerpo y causar complicaciones graves.

Melanoma

Es la forma menos frecuente y más grave de cáncer de piel. Se produce por un crecimiento descontrolado de los melanocitos, las células de la piel encargadas de producir el pigmento de melanina que da color a la piel.

Se presenta en muchas formas, tamaños y colores diferentes, aunque, a menudo, aparece como una pequeña área pigmentada sobre la piel sana, directamente sobre un lunar preexistente o en zonas próximas a este.

Las personas con pieles muy blancas, que siempre se enrojecen y nunca se broncean al exponerse al sol, y quienes tienen un gran número de lunares, poseen un mayor riesgo de desarrollar melanoma, sobre todo si alguno de sus parientes directos lo ha sufrido.

El melanoma suele ser curable cuando se detecta y trata a tiempo. Una vez que se ha propagado más profundamente en la piel u otras partes del cuerpo, se vuelve más difícil de tratar y puede ser mortal.


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Factores de riesgo

Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer de piel son:

  • Piel clara. En especial, personas rubias o pelirrojas, con ojos claros y pecas, y que, como mencionamos antes, se queman fácilmente bajo el sol, porque tienen menos pigmento (melanina) en la piel y, por ende, menos protección contra los rayos UV perjudiciales. Por supuesto e independientemente del color de piel, es esencial recordar que cualquiera puede padecer de cáncer de piel.
  • Antecedentes de quemaduras por el sol. Sobre todo, sufridas durante la niñez/adolescencia y que provocaron una o más ampollas.
  • Exposición excesiva al sol. Y sin la protección adecuada, es decir, usando bloqueador solar y ropa que cubra correctamente. La exposición constante al sol y el uso de camas solares, aumentan el riesgo a sufrir de cáncer de piel, ya que el bronceado no es más que una respuesta de la piel a las lesiones causadas por la radiación UV excesiva.
  • Climas soleados o en grandes altitudes. En donde la luz solar es más fuerte, pega más directamente y hay una mayor exposición a la radiación UV.
  • Lunares. Si son muchos o atípicos (denominados nevos displásicos). Estos últimos, tienen más probabilidades de convertirse en cancerosos porque parecen irregulares y usualmente más grandes que los lunares normales.
  • Lesiones cutáneas precancerosas. Como, por ejemplo, queratosis actínicas. Estas lesiones tienden a aparecen como manchas ásperas y escamosas de color marrón/rosa oscuro. Son más comunes en el rostro, la cabeza y las manos de quienes tienen piel clara, que han sufrido daños por el sol.
  • Antecedentes familiares o personales de cáncer de piel. Específicamente, padres o hermanos que hayan padecido la enfermedad, o si ya se tuvo la enfermedad antes.
  • Sistema inmunitario debilitado. Incluye personas con VIH/SIDA y quienes toman medicamentos inmunosupresores después de un trasplante de órgano.
  • Exposición a la radiación. Por haber recibido tratamiento de radiación para tratar afecciones de la piel, como eccema y acné.

Consejos para evitar el cáncer de piel

1. Usa protección solar

Con un factor de protección superior a 30 y de amplio espectro (tanto para rayos UVB como UVA), en las áreas de tu piel expuestas al sol intenso y durante los días nublados.

Para que logres protegerte eficazmente, te recomendamos aplicarlo, aproximadamente, 30 minutos antes de exponerte al sol y reaplicarlo cada 2 horas o más, especialmente si estás en la playa o haciendo deportes.

2. Evita la exposición solar

Particularmente, en la temporada de verano, durante las horas centrales del día (10:00-16:00) que es cuando los rayos solares son más fuertes y podrías insolarte.

3. Utiliza indumentaria que te proteja

Tales como camisas/pantalones, preferiblemente largos y de colores oscuros, ya que son más eficaces para bloquear el sol. Ten en cuenta que también existen prendas fabricadas con protección solar incorporada, generalmente diseñada por marcas deportivas, ideal contra los rayos UV.

Asimismo, no olvides usar sombreros de ala ancha y lentes de sol con cristales que tengan filtros para radiación UV.

4. Realízate autoexámenes y revisiones médicas periódicas

Mensualmente, explora toda la piel de tu cuerpo para chequear si tienes nuevas lesiones o cambios en las que ya tenías. Te recomendamos acudir inmediatamente a tu dermatólogo si notas:

  • Lesiones nuevas con crecimiento rápido, sangrado e inflamación.
  • Erosiones que no se sanan en un plazo razonable (tres semanas).
  • Lunares con asimetría, bordes irregulares, distintos colores en la misma lesión, diámetro grande o una evolución rápida (regla del ABCDE).

Si perteneces al grupo de personas con mayor riesgo (es decir, con antecedentes de melanoma, gran número de lunares, piel clara, exposiciones prolongadas al sol o alteraciones del sistema inmunitario), el especialista te realizará exámenes y revisiones periódicas para controlar la evolución de las lesiones.

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