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Signos y síntomas de la hipertensión arterial: cómo identificarla

Signos y síntomas de la hipertensión arterial: cómo identificarla

Desde Bupa Seguros te contamos cómo reconocer los síntomas, qué la provoca, cuándo acudir al médico y cómo controlarla adecuadamente, sobre todo si existen factores de riesgo.

¿Qué es la hipertensión arterial y por qué ocurre?

La hipertensión arterial se produce cuando la fuerza con la que la sangre circula por las arterias es demasiado alta de manera sostenida en el tiempo, y este esfuerzo extra puede dañar los vasos sanguíneos y órganos como el corazón, el cerebro o los riñones.

Suele desarrollarse de forma silenciosa y puede deberse a distintos factores, como el estrés, el sobrepeso, una alimentación alta en sal y grasas no saludables, el sedentarismo o los antecedentes familiares. En otros casos, aparece como consecuencia de otra enfermedad, como problemas renales o alteraciones hormonales.

Por eso, aunque te sientas bien, controlar tu presión arterial regularmente es fundamental para prevenir complicaciones y mantener una buena salud cardiovascular.

Signos y síntomas de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial no siempre presenta síntomas. De hecho, la mayoría de las personas puede tener la presión alta durante años sin sentir molestias, por eso se le conoce como una enfermedad silenciosa.

Cuando la presión alcanza niveles muy altos, algunas personas pueden experimentar los siguientes signos y/o síntomas:

  • Dolor de cabeza intenso, especialmente en la zona frontal o en las sienes.
  • Mareos o sensación de inestabilidad.
  • Visión borrosa o cambios en la vista.
  • Dificultad para respirar o sensación de presión en el pecho.
  • Zumbido en los oídos.
  • Sangrados nasales sin causa aparente.
  • Náuseas o vómitos, en algunos casos.

Estas manifestaciones pueden variar y no siempre indican hipertensión, pero si aparecen de forma repentina o intensa, es importante medir tu presión arterial y consultar con un médico.

Síntomas de una crisis hipertensiva (emergencia médica)

Una crisis hipertensiva ocurre cuando la presión arterial supera los 180/120 mmHg y provoca síntomas severos, como:

  • Dolor fuerte en el pecho.
  • Dificultad para hablar o mover una parte del cuerpo.
  • Falta de aire o confusión.
  • Cambios en la visión o pérdida de conciencia.

En estos casos, debes acudir de inmediato a un servicio de urgencia, ya que puede tratarse de una emergencia cardiovascular que, de no ser atendida a tiempo, puede originar consecuencias o complicaciones mayores a corto plazo.

Por qué los síntomas son escasos o engañosos

La hipertensión suele avanzar sin generar molestias visibles porque el cuerpo se adapta de forma gradual al aumento de la presión arterial. Por eso, muchas personas pueden sentirse bien y, aun así, tener valores peligrosamente altos.

Este carácter silencioso hace que la enfermedad pase desapercibida hasta que aparecen complicaciones más graves, como infartos o accidentes cerebrovasculares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 40 % de los adultos con hipertensión no saben que la padecen.

La única forma confiable de detectarla es medirse la presión arterial regularmente, incluso si no hay síntomas. Un chequeo preventivo permite identificar la enfermedad a tiempo y evitar daños en el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos.

Riesgos y complicaciones de no tratar la hipertensión

Cuando la presión arterial se mantiene alta durante mucho tiempo, los vasos sanguíneos, el corazón y otros órganos comienzan a deteriorarse lentamente, incluso sin que haya síntomas.

Entre las principales complicaciones se encuentran:

  • Infarto de miocardio: el corazón trabaja con más esfuerzo y puede dañarse al no recibir suficiente oxígeno.
  • Accidente cerebrovascular (ACV): el exceso de presión puede causar la rotura u obstrucción de una arteria en el cerebro.
  • Insuficiencia cardíaca: el corazón se debilita con el tiempo por el esfuerzo constante.
  • Daño renal: los vasos que irrigan los riñones pueden estrecharse, afectando su funcionamiento.
  • Pérdida de visión: la presión alta puede dañar los vasos sanguíneos oculares y provocar problemas en la retina.

Cómo detectar y controlar la hipertensión a tiempo

Detectar la hipertensión a tiempo es clave para evitar complicaciones. La recomendación médica general es medirse la presión arterial al menos una vez al año, especialmente si tienes más de 40 años o factores de riesgo como sobrepeso, sedentarismo o antecedentes familiares.

Para controlar la presión y mantenerla en rangos saludables, considera estos hábitos:

  • Mide tu presión regularmente: puedes hacerlo en un centro de salud o con un tensiómetro validado en casa. Es ideal medirla en distintos horarios, ya que la presión no es constante durante todo el día, y debes registrarla para ser revisada con tu médico tratante.
  • Cuida tu alimentación: reduce el consumo de sal y alimentos ultraprocesados. Prefiere frutas, verduras y cereales integrales.
  • Mantente activo: realiza al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, como caminar a paso acelerado, nadar o andar en bicicleta.
  • Evita el tabaco y el exceso de alcohol: ambos aumentan la presión y el riesgo de enfermedades cardíacas.
  • Controla el estrés: la relajación, el descanso adecuado y los momentos de desconexión ayudan a mantener la presión estable.

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